En los tiempos actuales, todos deseamos vivir más años y de hecho, la expectativa de vida, ha aumentado en los últimos años, en comparación con décadas anteriores, y más si hablamos del siglo XIX con relación al actual.
En el mundo, las mujeres japonesas son el grupo con mayor esperanza de vida, rondando los 80 años, seguidas de las francesas con una media de 77 años. En el Estado español, la media está en 76 años para las mujeres y en 70 años para los hombres. En 2018 la esperanza de vida en Perú subió hasta llegar a 76,52 años. Ese año la esperanza de vida de las mujeres fue de 79,28 años, mayor que la de los hombres que fue de 73,83 años.
Pero, la inquietud es, ¿Cómo llegaremos a esa edad? Cuál será la calidad de nuestra vida a esa edad?
Los adultos mayores se enfrentan a cambios físicos, psicológicos y sociales. Los cuidados del adulto mayor para la familia y para el Estado, si el paciente no cuenta con seguro de salud, es costoso. Conforme aumenta la expectativa de vida, los gobiernos van preparándose para afrontar esta situación, es por esto que Europa y los países desarrollados, le llevan la delantera a América Latina en cuanto a proyectos y programas de protección y mejora de la calidad de vida, porque su población de adultos mayores es cada vez mayor.
En la literatura vemos diversos programas que buscan implementarse a fin de mejorar las capacidades físicas y mentales de los adultos mayores, entre ellas: el canto, las clases de baile, tocar un instrumento musical, artes visuales y escritura de cuentos de ficción o biográfica y otros.
Todas las estrategias mencionadas han tenido muy buenos efectos en las personas a quienes se les ha aplicado, y se ha podido determinar beneficios en quienes han tomado parte.
Estos efectos son:
Mejoran emocionalmente, aumenta la autoestima y la confianza. Incrementa la interacción social. Comparten experiencias integradoras.
Permiten al adulto mayor sentir su propósito en la vida (competencia, propósito y crecimiento personal, más aún cuando es divertido contemplar su trabajo, y se comparte con pares). Aumenta en ellos el sentimiento de utilidad y bienestar.
Mejoran y mantienen la habilidad mental (concentración, paciencia, perseverancia, disciplina y creatividad, además de la memoria, mejor logradas en las actividades participativas, en pacientes con o sin enfermedades como Alzheimer o demencia senil. Potencian las capacidades creativas y físicas.
Disminuye la presión arterial, al disminuir el estrés. La precisión y la relajación contribuyen a disminuir niveles del cortisol, una hormona que interviene en la presión arterial. Algunos cambian su temperamento nervioso. La concentración y la abstracción de los artistas, disminuyen el estrés y en algunos hasta manifiestan disminución del dolor. Igualmente, el reconocimiento y admiración de sus obras, brinda bienestar físico y psíquico a quienes lo practican.
Alivia el dolor y rigidez de las articulaciones, especialmente de manos y miembros superiores, en aquellos que sufren entumecimiento.
Mejora la motricidad fina, la cual ejercitan al utilizar instrumentos como pinceles, lápices, instrumentos musicales, herramientas pequeñas, etc.
Mejora el ámbito comunicativo de los adultos mayores, puesto que encuentran en el arte un canal para expresarse, lo que sienten, lo que quieren y su visión de algo, especialmente en aquellos tímidos y reservados para la comunicación.
En algunas referencias se considera como Arte – Terapia, por los beneficios que estas actividades logran en los adultos mayores. Casi todos los centros geriátricos en el mundo, lo aplican en su programa de actividades. En algunos, es de mucha ayuda para un cambio personal, al fomentar el autoconocimiento, la práctica del arte y el estudio del desarrollo humano y las teorías psicológicas.
El incorporar la ayuda psicológica durante la práctica de la actividad artística, brinda una mayor apertura del adulto mayor y ayuda a mejorar el estado emocional depresivo, con estrés, la autoestima, la confianza y la ansiedad; en algunos casos, la discapacidad, alteraciones sociales y enfermedades degenerativas.
Por todo ello, no debemos perder de vista programas que incluyan el Arte en los Adultos Mayores, apoyar y fortalecer estos proyectos y reconocer sus logros.
Sandra Távara
Médico de Familia
CMP. 19133
Comments